Era un ser muy peculiar, podía tener diversos aspectos ya fuese el de una liebre, un gato, un pájaro o un ovillo.
Estos seres eran creados de diferentes maneras, podían ser entregados a éstas por el mismísimo diablo, o podían crearlos ellas con un ritual.
Solían usar mantequilla, tierra, cenizas de trozos quemados de los marcos de las ventanas de sus futuras víctimas y metal de campanas de iglesia. Esos materiales se dejaban alrededor de una bola de pelo de animal y enrollaban hilos de lana de nueve colores, durante tres atardeceres de jueves seguidos y tras ello le añadían al ovillo de pelo tres gotas de sangre del meñique izquierdo.
Tras ello las brujas le decían: “yo te he conseguido sangre, el diablo te dará valor. Debes recorrerte la tierra por mí, yo arderé por ti en el infierno”.
Entonces los bjära iban a robarle a leche de vaca a los vecinos, pero si les dañaban las brujas debían mostrare de inmediato debido a la promesa de arder por ellos.
La mucosidad del hongo trollsmör era llamada a veces bjäradynga y se creía que podía mostrar la localización de las mujeres culpables.
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