En el inicio no existía ni tierra ni cielo, solo un abismo brumoso del cual salía una fuente. De ella brotaban doce ríos y sus aguas se congelaban cuando se alejaban demasiado. 

En el sur se alzaba el mundo de la luz, del cual emanaban vientos ardientes que derretían el hielo. De los vapores del deshielo nació Ymir, el gigante de la escarcha, así como su linaje, al igual que la vaca Audhumla. Ymir se nutría con la leche de Audhumla, y ésta a su vez se alimentaba chupando la escarcha y la sal del hielo.

Un día, mientras Audhumla se alimentaba, se encontró con el cabello de un hombre. Al siguiente día, apareció la cabeza de éste, y al siguiente su cuerpo hasta ser reconstruido. Este hombre se llamaba Buri y no tenía padres. Tiempo después, tuvo un hijo llamado Bor, el cual se casó y tuvo tres hijos con Bestla, una giganta de escarcha hija de Bolthorn.

Los hijos se llamaron: Odín, Vili y Ve, tres dioses. Estos decidieron matar a Ymir y a partir de sus restos formaron el mundo. Con su cuerpo crearon la tierra, y con su sangre, el mar. A partir de sus huesos crearon las montañas; los árboles se formaron con sus cabellos; el cielo se creó con su cráneo y, con su cerebro, las nubes. Y al final con sus cejas nació el mundo de Midgard.

Odín organizo los días y las noches creando en el cielo el sol y la luna. Los rayos solares hicieron crecer las plantas, pero a pesar de toda su belleza los dioses no estaban felices con el mundo que habían creado, sentían que aún estaba incompleto y por ello crearon a la humanidad.

A partir de un fresno crearon al primer hombre al que llamaron Aske y a partir de un aliso, a la primera mujer a la que bautizaron como Embla. Tras darles vida, los dioses decidieron otorgarles diversos dones:

  • Odín decidió otorgarles la vida y el alma.
  • Vili la razón y el movimiento.
  • Ve les otorgó los sentidos, la expresión y el habla.

La Primera pareja de humanos pobló Midgard y fueron los ancestros de toda la humanidad.

Con el tiempo se concibieron tres clanes de Deidades: los Æsir, los Vanir y los Jotun.

Los nórdicos veneraban a dos de esos clanes de dioses: los Vanir, dioses de la naturaleza, del mar, del viento y de los bosques, pobladores de Vanaheim; y los Æsir, los dioses de los cielos, siendo estos últimos los principales y los pobladores de Asgard.

Existían más seres aparte de dioses, hombres y gigantes:

Desde el principio y durante un largo periodo de tiempo, tanto dioses como humanos, elfos y enanos, vivieron en paz sin ningún tipo de enfrentamiento.

Había algunas criaturas que los Æsir no eran capaces de tolerar. Entre ellas había una bruja llamada Gullveig. Cuando ésta visitaba Asgard dejaba ver a todos el amor que sentía por el oro y esto les resultaba muy repugnante. Tanto era así, que en una de sus visitas los dioses no lo aguantaron más y acabaron con su vida. Tras su muerte, estos lanzaron su cadáver a una gran fogata en medio del Gladsheim.

Pero esta bruja poseía unos poderes excepcionales, en tres ocasiones le arrebataron la vida los dioses y la arrojaron al fuego, pero esta siempre resurgía de las llamas. Tanto fue el asombro de los dioses que estos decidieron nombrarla la diosa de la maldad bajo el nombre de Heid, la que brilla. Usaba sus poderes para dispersar su corrupción por todo el mundo.

Pero los dioses de la naturaleza, los Vanir, al saber que los Æsir habían creado a esta diosa se enfadaron tanto que les declararon la guerra.

Fue una guerra dura y larga en la que ningún bando superaba al otro. Cuando unos conseguían alcanzar a los otros, estos usaban sus poderes para hacer lo mismo. Acabaron dándose cuenta de que nunca habría un vencedor, por lo que pactaron una tregua.

Para que tanto Vanir como Æsir vivieran en paz, y para que este acuerdo se cumpliera, decidieron que los jefes de ambos clanes se intercambiarían. Los Æsir mandarían a Vili, estimado por todos como líder por nacimiento y poderoso de mente y cuerpo; y a Mimir, el guardián del pozo de la sabiduría y personificación del saber, a vivir a Vanaheim. Por su parte, los Vanir mandarían a Njord, el rey del verano, y a Frey su hijo y dios del sol y la primavera. A estos últimos se les unieron en su cambio de reino Kvasir, nacido de la mezcla de la saliva de los Æsir y de los Vanir, y Freya, la hermana de Frey y la que posteriormente seria nombrada como diosa de la belleza y el amor, la cual acabaría siendo la reina de las Valquirias

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