Los primeros dioses (Ame-no-minaka-nushi-no-kami, Kami-musumi-no-Kami y TaKami-musubi-no-Kami se llaman Zouka Sanshin «los tres creadores»)convocaron dos criaturas divinas a la existencia, el macho Izanagi y la hembra Izanami, y les encargaron la creación de la primera tierra. Para ayudarles a realizar esto, se les dio a Izanagi e Izanami una lanza decorada con joyas, llamada Amenonuhoko (lanza de los cielos). Entonces, las dos deidades fueron al puente entre el Cielo y la Tierra, Amenoukihashi (puente flotante de los cielos) y agitaron el océano con la lanza. Cuando las gotas de agua salada cayeron de la punta de la lanza, formaron la isla Onogoro.

Bajaron del puente de los cielos y construyeron su hogar sobre la isla. Debido a que anhelaban unirse, erigieron un pilar de nombre Amenomihashira, y en torno a él construyeron un palacio de nombre Yahirodono (habitación de ocho brazos). Izanagi e Izanami caminaron rodeando el pilar en sentidos contrarios. Cuando se toparon el uno con el otro, Izanami, la diosa mujer, se comunicó la primera con un saludo. Izanagi creyó que aquélla no era la forma correcta, aun así se juntaron de toas maneras. Engendraron dos hijos, Hiruko (infante del agua) y Awashima (isla de las burbujas), pero fueron mal creados y no se les consideró deidades.

Embarcaron a los críos en un bote y los echaron al mar. Fue cuando suplicaron a las demás deidades una respuesta sobre qué es lo que habían hecho mal. Ellos decretaron que debía haber sido Izanagi, el hombre, quien tendría que haber iniciado la conversación y el saludo en su unión. Por esa razón, ambos volvieron a realizar el ritual de caminar alrededor del pilar y esta vez fue Izanagi quien saludó primero, convirtiendo así en un éxito su unión.

De esta unión nacieron el Ohoyashima, o las ocho grandes islas de la cadena japonesa:

– Awazi

– Iyo (posteriormente Shikoku)

– Ogi

– Tsukusi (posteriormente Kyushu)

– Iki

– Tsusima

– Sado

– Yamato (posteriormente Honshu)

También hicieron seis islas más y distintos dioses. Aun con todo, Izanami falleció al engendrar a Kagutsuchi (encarnación del fuego) o Ho-Masubi (causante del fuego). La enterraron en el “Monte Hiba”, en límite fronterizo de las provincias de Izumo y Hōki, cerca de Yasugi en la Prefectura de Shimane. Encolerizado, Izanagi asesinó a Kagutsuchi. De su muerte se crearon muchos más dioses.

Las deidades fruto de la unión de Izanagi e Izanami son símbolos sobre atributos destacables de la naturaleza.

El perjuicio de la moraleja de esta historia es que el hombre debía tener la iniciativa a la hora de realizar el acto, pasando la mujer a una posición secundaria que dio lugar a la creencia de que la historia debía interpretarse como una discriminación hacia las mujeres.

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