Es un dios que surgió después de que el cielo y la tierra fueran creados. Este dios constituye una de las generaciones del Kamiyonanayo (“siete generaciones divinas”).

De acuerdo al Kojiki, uno de los libros más antiguos de la historia de Japón, pertenece a la segunda generación del Kamiyonanayo, consiguientes al surgimiento de Kuni-toko-tachi-no-kami; de la misma manera que su antecesor, es una deidad que apareció de súbito, ocultándose al poco de su origen.

En cambio con el Nihonshoki, el segundo libro más antiguo de la historia de Japón, se muestra en la tercera generación del Kamiyonanayo, después de que surgieran Kuni-toko-tachi-no-mikoto y Kuni-no-satsuchi-no-mikoto, así como que se especifica que su género es masculino.

Después, ni en el Kojiki ni en el Nihonshoki se lo menciona de nuevo.

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