Son dioses protectores dentro del culto budista vajrayāna. Son representados con expresiones temibles, portando todo tipo de armas tanto para derrotar a espíritus perversos como para intimidar a los que no siguen sus enseñanzas.
Su origen es hindú, introduciéndose por Japón en el siglo IX. Son representaciones de la sabiduría de Buda, siendo también guardianes de los cuatro puntos cardinales y su centro.
Los myō-ō más relevantes son los 5 Vidyarāja (los Cinco Grandes Reyes de la Sabiduría):
– Daiitoku Myō-ō: es un dios guardián con seis caras y seis brazos sosteniendo armas en todos ellos. Va sobre una vaca blanca, y es adorado como el dios de la victoria. Daitoku es capaz de derrotar tanto a serpientes venenosas como a dragones, y posee el poder de aniquilar la maldad y crear el bien. Su punto cardinal es el Oeste.
– Fudō Myō-ō: es otro dios guardián en cuya mano derecha lleva una espada envuelta en llamas para decapitar la maldad y en su izquierda porta una cuerda para restituir a sus aliados. Es situado en el centro de los cuatro puntos cardinales. Es representado entre llamas porque batalla en las entrañas del infierno.
– Gōzanze Myō-ō: es un dios guardián de tres caras y ocho brazos, enemigo de lo ingenuo y de la ira. Su punto cardinal es el Este.
– Gundari Myō-ō: tiene tres caras con expresión amenazadora y ocho brazos en los cuales empuña arma. Es representado con serpientes enroscándose por su cuello y piernas. Su punto cardinal es el sur.
– Kongō-Yasha Myō-ō: de tres caras feroces y seis brazos (o una cara y cuatro brazos), representa la fuerza. Es situado en el punto cardinal del norte.
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