Es la deidad de la creación y de la muerte en la mitología japonesa y en el sintoísmo. Es una de las primeras diosas y mujer de Izanagi. Junto con él creó el mundo. Es conocida también como Izana-mi, Izanami-no-mikoto o Izanami-no-Kami.
Los primeros dioses trajeron a la existencia a dos seres: Izanagi como hombre, e Izanami como mujer, y éstos crearon las primeras islas en la primera tierra. Para tal propósito, ambos portaban una lanza llena de joyas, cuyo nombre es Ame-no-nuboko (lanza celestial). Con ella, crearon una isla sobre el mar y erigieron un palacio en ella. Cuando fueron a unirse en su matrimonio, Izanami saludó primero, algo que hizo dudar a Izanagi sobre si era lo correcto. Después del acto, concibieron dos hijos: Hiruko y Awashima, aunque nacieron deformes y no se les consideró dioses.
Embarcaron a los chiquillos en un bote hacia el mar, dejando que los arrastrase la corriente, y suplicaron que los dioses les dijeran qué habían hecho mal. Les contestaron que el dios hombre debía saludar primero en el matrimonio. De esta forma, Izanagi e Izanami hicieron de nuevo el ritual de matrimonio, mas esta vez Izanagi tomó la iniciativa, por lo que consiguieron consumarlo de forma apropiada.
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