De acuerdo al Kojiki, uno de los dos libros más antiguos de la historia de Japón, este dios aparece durante la creación de los dioses después de que naciera Kagutsuchi, dios del fuego, el cual fue culpable de la muerte de Izanami, ya que al nacer le causó heridas terribles. Cuando ella murió, su marido, Izanagi, mató a Kagutsuchi con su espada, partiéndolo en pedazos de los cuales brotaron distintos dioses. A su vez, de su sangre también surgieron otros dioses, como Iwasaku y Nesaku, quienes aparecieron a partir de una roca, y luego Iwatsutsunoo. En el Nihonshoki, el otro libro, se relata la misma historia.
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