Se trata de una criatura legendaria en la mitología japonesa, siendo considerada como una deidad (Kami) o en otras ocasiones como un Yōkai. Aunque su nombre deriva de un demonio chino cuyo aspecto se parece al de un perro (Tiangou), el aspecto del Tengu es el de un ave rapiña y se le representa con particularidades humanas y de ave. En sus representaciones más antiguas aparecen con picos, la cual derivó en una nariz tremendamente larga, el cual es el rasgo más representativo hoy en día.
El Budismo interpreta a los Tengu como si fuesen demonios destructores, así como presagios de guerra. Su imagen poco a poco cambió al de unos seres protectores, sin embargo, aún se les consideraba peligrosos, siendo espíritus de las montañas y bosques.
Se les han asociado alguna vez con la práctica ascética (doctrina filosófica donde se purifica el espíritu negando los placeres materiales) llamada Shugendō, y en general se les representa con vestimentas características, las cuales llevan flores de yamabushi.
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