Se trata de un espíritu femenino que puede invocar la lluvia simplemente lamiéndose la mano. Su origen está en un dios chino.
Por el día, adquiere la forma de una nube y por la noche se torna en lluvia. Se encarga de llevar lluvia a las plantas. Se la puede ver en noches de mucha lluvia.
Hoy en día, el término ame-onna, o ame-otoko (su equivalente en masculino) se usa para expresar «no tener suerte». Es una persona a la cual la lluvia la persigue donde esté.
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