Este monstruo poseía diversos aspectos, algunos eran el de una culebra voladora, o una serpiente,  un cuadrúpedo, un ave, una rana, un pez, un humanoide, una rana, un murciélago, a veces todas ellas juntas. Se creía que su cuerpo estaba cubierto de arbustos y hierva y que poseía dos grandes cuernos con forma de gancho. Poseía una tamaña y una fuerza brutal, derribaba enormes arboles y era capaz de levantar olas que hacían naufragar a los barcos que pasaban cerca. Este ser vivía cerca de los lagos o los ríos, su presencia era muy desagradable para la gente ya que emitía una sustancia por el aire o el agua que hacia que la piel de la gente se llenara de erupciones como si tuvieran la sarna. Se pasaba el día enganchado en los arboles y solo salía en las noches para alimentarse de sangre. Los humanos sabían donde se encontraba este ser por el excremento rojizo que dejaba por todo el árbol en el cual se ocultaban durante el día. Pero si una persona miraba a este ser a los ojos estaba perdida ya que se quedaba paralizada y este se alimentaba de su sangre hasta dejar a su victima seca y muerta. Pero el Piuchén prefiere alimentarse del ganado. Para acabar con este ser había que cubrir con una enorme y fuerte tela el árbol en el que vivía y así no podría salir y seguidamente prenderle fuego.

 

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