Se la llamaba la condesa sangrienta y su historia es aún más aterradora por su veracidad. La leyenda cuenta que esta mujer era una despiadada asesina que usaba la sangre de sus jóvenes sirvientas y pupilas, para estar más joven y bella, ya que estaba obsesionada porque a los 44 años en esa época ya se acercaba a la vejez. Pertenecía a una de las más antiguas familias de Transilvania, los Erdély. Sus padres Anna y Jorge Báthory eran primos. Se crio en el castillo de Csejte y antes de los seis años empezó a sufrir ataques de lo que se creía que era epilepsia. A los once años se la comprometió con su primo Ferenc Nádasdy. A los doce años ya vivía junto a él en su castillo y nunca tuvo una relación agradable con su suegra, Úrsula. A diferencia de lo normal en la época Elizabeth, tuvo una buena educación y era mucho más culta que la mayoría de hombres de entonces. Hablaba varios idiomas perfectamente: El húngaro, el latín y el alemán. La mayoría de nobles no sabían ni deletrear ni escribir y se decía que hasta el príncipe de Transilvania era analfabeto. A los quince años se casó con Ferenc, el cual tenía ya veinte años. Fue una boda llena de lujos en el castillo de Varannó. Tuvo más de 4500 invitados, entre ellos estaba el emperador Maximiliano II, pero este no pudo acudir. Ferenc fue quien tomo el apellido de soltera de su esposa ya que era más ilustre que el suyo y le daba más poder. Se mudaron a vivir al castillo Čachtice, junto a su suegra y a otros miembros de la casa. Pero Ferenc no pasaba apenas tiempo en casa, ya que la mayor parte del tiempo lo pasaba en las muchas guerras que había por la zona, donde empalaba a sus enemigos y por lo que se ganó el apodo de Caballero negro de Hungría.

Poseían una gran riqueza, la más grande de los nobles húngaros. Por lo poco que se veían debido a las batallas de su esposo, Elizabeth no tuvo su primera hija, Ana, hasta diez años después de casarse y nueve años después tuvo a Úrsula y catalina y por ultimo un tiempo después tuvo a su ultimo y único hijo varón, Pablo.

En 1604 Su esposo murió en una de sus batallas por una enfermedad, dejándola viuda a los 44 años, siendo este el momento en el que empezaron sus atroces crímenes. Empezó echando a su suegra y el resto de la familia de su esposo del castillo y a las jóvenes que Úrsula protegía se las mando llevar al sótano del castillo donde recibirían el castigo que según ella merecían. En una ocasión una de sus sirvientas mientras la peinaba, la dio un tirón de pelos, pero esta fue “benévola” y en vez de sacarla al patio y darla cien latigazos, como era lo normal en la época, la dio un manotazo que la hizo sangrar por la nariz. La sangre salpico a la condesa y ella creía que donde la sangre callo, la piel se volvía tersa y joven de nuevo y pensó que esa era la solución para mantenerse siempre bella y hermosa.

Consulto a las brujas y alquimistas y tras ello con la ayuda de su mayordomo Thorko y de Dorottya, le quitaron la ropa a la sirvienta, la cortaron en el cuello y llenaron un balde con la sangre de esta. Elizabeth se bañó o cubrió por completo con su sangre y se cree que incluso se la bebió para así poder volver a estar joven.

Pero en 1609 apenas le quedaban sirvientas por culpa de tanto crimen, y por ello cometió el error que acabaría con ella. Con sus contactos, empezó a reclutar a niñas y adolescentes de familias adineradas, para instruirlas y educarlas. Pero algunas de esas niñas empezaron a morir de «causas misteriosas y desconocidas» y eso alerto a la gente. Ya que era normal la tasa de mortalidad juvenil en la época, pero no que fueran en un mismo sitio y tan elevadas. Y como las víctimas eran hijas de aristócratas, sus muertes eran más importantes y se empezaron a investigar.

La bruja Darvulia le había avisado en muchas ocasiones que nunca cogiera a chicas nobles, pero esta murió tiempo atrás con lo que no estaba ahí para que no lo hiciera y eso al llevo a su perdición. Ya que su amiga Erszi Majorova, convenció a la condesa de que no pasaría nada por hacerlo.

Un pastor protestante local, hizo llegar a la gente unas historias que decían que la condesa practicaba la brujería (más explícitamente la magia roja) en la cual usaba sangre de chicas jóvenes. Se mandó al primo de Elizabeth, Jorge Thurzó a investigar este hecho y ya que ella no poseía una fuerza militar, no pudo poner resistencia.

Nada más entrar se encontraron a un sirviente en el patio, casi muerto por una paliza que le dejo todos los huesos de la cadera rotos. Pero como eso era algo muy común en la época no le dieron importancia. Al entrar en el salón encontraron a una joven desangrada y a otra aún viva, pero con diversos agujeros por el cuerpo. Al bajar a las mazmorras se encontraron allí a una docena de muchachas que aún estaban vivas pero que habían sido agujereadas y cortados en las últimas semanas.
De debajo del castillo se desenterraron y exhumaron los cuerpos de cincuenta mujeres más. En el diario de Elizabeth que fue encontrado se detallaba cada día como torturaba a cada víctima con lujo de detalle. Con eso hicieron un total de 612 muchachas a las que torturo y mato sin ningún tipo de piedad.
Por todo el castillo se encontraron barriles llenos de ceniza y serrín, los cuales se usaban para recoger la sangre que se vertía por todos lados y por ello todo el castillo estaba cubierto de unas manchas oscuras que olían a podrido.

Se contaba que cuando su marido salía a sus batallas y ella pasaba tanto tiempo sola, mantenía relaciones con sus sirvientes (hombres y mujeres por igual) y que no era raro que cuando mantenía relaciones con las mujeres las mordiera salvajemente.
Hoy en día no se sabe que paso realmente, desde un punto psiquiátrico, se cree que Elizabeth era una anomalía que se salía del patrón común de los asesinos en serie. En esa época era muy normal castigar de manera muy cruel a los sirvientes o pupilos hasta el punto de que incluso podían ejecutar a pequeños maleantes de la forma más cruel y horrible. Por eso por su sadismo a la hora de imponer castigos la consecuencia era esa, tal era que incluso obligaba a sus sirvientes a participar en esos momentos de sadismo extremo ya que en esa época era lo normal entre los nobles tratar así a los sirvientes.

O pude que simplemente fuera una asesina y torturadora que se valía de su título y estatus para llevar acabo sus fechorías siendo impune de estas, algo que perdió al empezar a torturar y matar a chicas de la nobleza.

En 1612 comenzó el juicio en Bitcse. Elizabeth no quiso declarar y no apareció en el juicio, acogiéndose a sus derechos nobiliarios. Pero a los cómplices si que se les obligo a declarar, el mayordomo dijo que en su presencia había matado como mínimo a 37 mujeres entre once y veintiséis años. Dijo que a seis de ellas el mismo fue quien las contrato como sirvientas para trabajar en el castillo. Pero el juicio se centraba en las mujeres nobles ya que las sirvientas no les importaban. La sentencia los declaro culpables de asesinato, algunos de brujería y otros solo de cooperar con ellos. Todos los que fueron cómplices de Elizabeth fueron decapitados, menos las brujas, Dorotea, Helena y Piroska. A ellas les arrancaron los dedos con tenazas al rojo vivo, por haberse manchado las manos con sangre de cristianos y luego las quemaron vivas. También fue ejecutada Erzsi Majorova por cooperar y a Katryna la más joven de sus ayudantes con tan solo catorce años la dieron cien latigazos y la dejaron libre por la petición de una de las supervivientes.

Pero como la ley prohibía procesar a la nobleza, la encerraron en una mazmorra de su castillo, sellaron la puerta y dejaron un pequeño hueco para pasar la comida. El rey Matías II quiso que le dieran su cabeza por todas las jóvenes a las que mato, pero su primo el príncipe de Transilvania le pidió que en vez de eso la condenara a estar encerrada de por vida. También le quitarías todas sus propiedades y se las darían a el, algo que llevaba tiempo ambicionando.

El 21 de agosto de 1614,  cuando fueron a llevarla la comida estaba tirada boca abajo, al fin había muerto tras cuatro años encerrada sin ver el sol ni compañía alguna. Quisieron enterrarla en la iglesia Čachtice, pero a todos les pareció una locura, que la condesa sangrienta fuese enterrada en el pueblo y en tierra sagrada. Al final ya que era de la línea descendiente de los Ecsed de la familia Báthory, se la llevo a enterrar a Hungría en Ecsed. Todos los documentos que hablaban de ella fueron sellados por más de un siglo y se prohibió hablar de ella en todo el país.

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