La porfiria o enfermedad de Günther, se produce por una anomalía genética hereditaria. La llamaban la enfermedad de los vampiros aunque es muy rara no es muy frecuente y escasamente diagnosticada, por lo que no podía explicar las formas epidémicas del vampirismo. Esta enfermedad se caracteriza por una alteración genética que se encarga de la actividad de la enzima que metaboliza las porfirinas, los pigmentos que componen la hemoglobina que transporta el oxigeno a la sangre y los encargados de darle el color rojo. Por ello los síntomas que una persona presenta coinciden con diversas características del vampirismo, tales como la fotosensibilidad (sensible a la luz del sol), deformidades faciales, palidez extrema, ansiedad por la sangre e intolerancia al ajo.
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