En el sintoísmo, es el dios de la guerra, aunque a su vez lo adoran como dios de la labranza y dios tutor de Japón, al cual bendice con paz y felicidad. También es adorado como guardián de la vida de los humanos, y en algún templo como dios de los marineros. Su animal representativo es la paloma. Aparte de representarlo, también hace de mensajera para él.
Su procedencia es dubitativa, pues no se muestra en ningún libro de los dos más viejos de la Historia de Japón, es decir, ni en el Kojiki ni en el Nihonshoki. En cambio, es sabido que se le asocia con el emperador Ogin-tennō (o Emperador Ojin), el cual destacó por sus intentos de aumentar los conocimientos materiales y culturales de la población.
Comúnmente se le llama Gran bodhisattva Hachiman, pues tiene bastante importancia en el budismo, donde se le tiene como un dios que protege al adorador del Sutra del Loto.
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