Estirge

La Estirge es un ser volador de la mitología romana que succiona la sangre para poder sobrevivir. Este ser tiene forma de pájaro con alas parecidas a las de un murciélago y los ojos amarillos, cuatro patas con las que se agarra a sus víctimas y un pico alargado con el que succiona la sangre.
Dice la leyenda que, a no ser que se mate a la Estirge, cuando ataca es casi imposible que se despegue del cuerpo de su víctima hasta que termine de succionarle la sangre, y quienes son atacados por ella mueren rápidamente. Las Estirges tienen muy buena vista y un buen olfato, por eso les es fácil detectar gente a la que atacar.
Drenan unos 2 litros de sangre cada vez que atacan, por lo que cuando terminan de succionar están bastante hinchadas. Las víctimas suelen perecer en ese momento, sobre todo los niños y los seres más pequeños.
Cuando termina con su víctima, la Estirge duerme durante días con un sueño muy profundo; este momento lo aprovechan los cazadores para atacarlas.
No todos los seres son susceptibles de ser atacados por la Estirge puesto que algunos como los ogros, gigantes… tienen la piel demasiado dura para el pico de la Estirge.
Las Estirges tienen muy desarrollados el olfato y la infravisión, lo que les permite detectar rápidamente una víctima potencial a la que drenar, incluso en la oscuridad.
Normalmente conviven en colonias que abarcan territorios de hasta 3 kilómetros, pero estas colonias son trasladadas de lugar una vez drenada la región.