En la fantasía moderna, un Liche (o Lich) es una especie de demonio no muerto, resultado de la transformación en la que un mago poderoso se transforma a sí mismo en un Lich mediante hechizos o rituales para alcanzar la inmortalidad. Los Liches son comúnmente representados como seres parcial o totalmente necrófagos, cadavéricos o esqueléticos, ya que el proceso de conversión en un Liche suele pasar por atar su intelecto a su cadáver inanimado, el cual generalmente sigue decayendo a pesar de conservar su poder. En la mayoría de las ficciones, los Liches tienen más poder que cuando estaban vivos, y poseen un gran manejo de la necromancia y artes similares, controlando hordas de no muertos menores como soldados o sirvientes.
A diferencia de los zombis, que son casi universalmente representados como carentes de recuerdos y voluntad propia, un Liche retiene todos sus recuerdos (que puede ser o no sinónimo de su alma, dependiendo del contexto) y son en todo momento conscientes de lo que hacen. En algunas ficciones, el alma de un Liche no se halla contenida en su cuerpo, sino en un objeto externo denominado filacteria, el cual les concede la imposibilidad de morir hasta que el objeto mismo sea destruido.
Incluso los magos y nigromantes más poderosos, sean humanos, elfos u otros seres, no pueden escapar al paso del tiempo y la muerte. Sus cuerpos mortales y sus necesidades biológicas son un lastre que les impide alcanzar la plenitud de su poder.
Algunos de los más sabios han conseguido resolver este problema convirtiéndose a sí mismos en muertos vivientes. De este modo, ni el hambre, ni el sueño, ni la enfermedad, distraen al nigromante de sus estudios de magia y muerte, consiguiendo ser así aún más fuertes y mortíferos.
El mago, una vez dispuesto a dar el paso de convertirse en muerto viviente, ha de preparar su propia muerte a través de una poción de veneno, pero antes, debe crear un objeto fetiche en el que depositará su alma una vez empiece el ritual. De este modo separará el cuerpo de su alma.
El cuerpo, levantado como un cadáver “vivo” será animado por la energía del ritual que, además, permitirá al recién creado Liche mantener la inteligencia y habilidades que tenía en vida. El cuerpo del Liche puede recibir ataques mortales, pero volverá a levantarse ya que su “esencia” reside en el objeto usado en el ritual.
Su alma, ahora guardada en el objeto fetiche, es la fuente de su energía y poder, por lo que este objeto debe quedar perfectamente guardado y a salvo. Esto es muy importante ya que sólo destruyendo este objeto se puede destruir al Liche.
El fetiche es un recipiente realmente maravilloso y especial por la función que realiza, y puede ser destinado a tal fin cualquier objeto que el mago considere seguro. Lo más sensato es que sea un objeto que pase inadvertido, como un portamonedas o una bolsita de cuero, pero puede ser más lujoso y deslumbrante, como un medallón, una gema preciosa o un cofre.
Existen historias antiguas que ya sugieren la existencia de Liches y de sus valiosos objetos. En la mitología eslava se cuenta la historia de Koschéi “El Inmortal”, de quien se decía, era un ser malvado y aterrador cuya alma estaba depositada en el minúsculo ojal de una aguja, que estaba dentro de un huevo, en el interior de un patito, que a su vez estaba en una liebre, y ésta dentro de un cofre metálico que se hallaba enterrado bajo un fresno de la mítica isla de Buyán, isla que se sumergía y emergía en el mar caprichosamente. Según la leyenda, la única forma de dar muerte a Koschéi fue rompiendo el huevo del pato y liberando la magia de la aguja.
La palabra Liche procede del alemán Leiche, que significa cadáver. Este término hace verdadero honor su aspecto; un cadáver escuálido, huesudo y con las cuencas de los ojos vacías que suelen iluminarse con llamas de distinto color según la magia usada en el ritual de conversión.
Antaño, los Liches fueron poderosos magos y ritualistas, así que sus ropas recuerdan la majestuosidad de tiempos pasados; capas ostentosas, medallones de oro y piedras preciosas, amuletos de fuerza y coronas talladas decoran el cuerpo de este terrorífico ser.
Además de poder, emanan un aura de muerte y maldad que genera verdadero terror a cualquiera que tenga ante sí a un Liche, aunque se trate otro muerto viviente, de manera que la huida suele ser una salida inteligente si este horrible ser aparece en escena.
Al igual que los magos vivos, el Liche puede usar y mejorar sus poderes haciendo uso de un bastón. Es muy común que sus ataques con energía procedan de esta vara, creando enormes bolas de fuego o conos de hielo para atacar a sus enemigos. El bastón le permite también paralizar a sus víctimas con un solo toque.
Sobra decir que son seres muy inteligentes y maquiavélicos. Puesto que la muerte ya no es un problema para ellos, pueden urdir planes a muy largo plazo. Además, son excelentes estrategas y esto, unido a su enorme poder, hace que suelan ir encabezando ejércitos de muertos vivientes.
Existe un tipo de Liche que no procede de un mago humanoide sino de un dragón. Esta criatura se llama Dracoliche y tiene unas características muy parecidas a las ya descritas.
El dragón tiene que cumplir dos requisitos; ser malvado y poseer magia lo suficientemente poderosa para llevar a cabo el ritual de conversión, puesto que no todos los dragones son igual de sabios y fuertes mágicamente.
El ritual del Dracoliche fue creado por un archimago perteneciente a una orden que venera a los dragones del mal. La enseñanza de este culto se ha transmitido de generación en generación a los miembros de esta orden, por lo que la conversión de un dragón en muerto viviente es un secreto que está al alcance de muy pocos.
El objeto fetiche de estos dragones suele reducirse a perlas, azabaches y rubíes, y puede estar alejado del dragón en el momento del ritual, lo que facilita su escondite. El espíritu del dragón puede permanecer indefinidamente dentro del fetiche.
El Dracoliche conserva las aptitudes y habilidades que tenía en vida pero, al igual que los Liches, pasa a tener un aspecto esquelético, como un dragón de huesos, y las cuencas de sus ojos iluminadas.
Su creación es inmensamente útil; además de la magia innata, cuenta con su enorme tamaño y fuerza, y con el hecho de que es invulnerable, excepto si se destruye su fetiche. Pero es que además, posee las ventajas de un muerto viviente; es inmune a enfermedades, a venenos, a magia de control mental.
Puesto que inspira verdadero respeto y terror, también es muy útil para controlar a las masas de muertos vivientes y, al igual que los Liches, encabezar a sus ejércitos.
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