Un Gólem es, en el folclore medieval y la mitología judía, un ser animado fabricado a partir de materia inanimada (normalmente barro, arcilla o un material similar).
Existen manuales arcanos donde se explica el proceso de formación de un Gólem. Se cree que el primer Gólem creado fue de carne en un intento de animar a un muerto. Después se fue probando con distintos materiales como madera y metales para conseguir un Gólem más fuerte.
Los Gólems tienen que estar hechos de algún tipo de material elemental y, de momento, sólo se conocen los Gólems hechos a partir de materiales terrestres. El cuerpo del Gólem debe ser previamente tallado, ya sea de piedra o de metal.
La fuerza impulsora de un Gólem es un espíritu elemental de tierra cuya naturaleza es desconocida. Este espíritu queda ligado al cuerpo inerte del Gólem para darle “vida”. El proceso de animación de un Gólem es bastante largo, requiere un mes completo sin interrupción. En este proceso pueden usarse objetos para conjurar como varas y pergaminos para que la “vida” llegue al Gólem.
Los distintos tipos de Gólem que se conocen son:
Gólem de carne:
Es el más fácil de animar puesto que se trata de materia orgánica. Las piezas de Gólem deben estar cosidas entre sí y no deben estar muy descompuestas. Estos Gólems son los únicos que presentan una inteligencia mínima.
Gólem de arcilla:
Estos Gólems sólo pueden ser animados por sacerdotes y es necesario un cuerpo esculpido en un solo bloque de arcilla.
Gólem de piedra:
Se usa un solo bloque de piedra muy dura, como el granito, y debe estar tallado adecuadamente.
Gólem de hierro:
Este tipo de Gólem es el más difícil de animar. Se requiere una espada para ser incorporada al Gólem. Pueden usarse también otros metales.
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