La Dama del Lago es el nombre con el que se conoce a varios personajes de la leyenda del rey Arturo, interrelacionados entre sí, que tienen probablemente un origen común. Este es probablemente pagano, específicamente de la mitología celta; no hay registros históricos sobre personajes similares.
En la Edad Media, la Dama del Lago pasó a tener un lugar de relevancia en el ciclo artúrico, lo que ayudó a su difusión en la cultura occidental. Aparece en muchas de las obras sobre el rey Arturo, y ha trascendido como un personaje relevante de las leyendas artúricas por su relación cercana con el mago Merlín, y con la espada Excalibur.
Según las diferentes versiones de las historias a su alrededor, el nombre real de la Dama del Lago era probablemente Niniana, Viviana, Nimue, Ninie, Viviane o variantes de estos nombres. También hay variaciones en las diferentes historias al respecto del carácter mágico o de hada de la Dama del Lago, pues mientras que en algunas obras aparece como un ser mortal que aprende de Merlín secretos de las artes de la magia, en otras aparece como un personaje inherentemente mágico. Aunque la leyenda artúrica generalmente representa a la Dama del Lago como un personaje benévolo, a veces también es representada como un agente del mal, o un ser humano con virtudes y defectos comunes, como la paciencia y el rencor.
En la mitología celta, las deidades del agua eran muy populares y respetadas, ya que el elemento que ellas controlaban era la esencia misma de la vida. En esta mitología, las voluntades de estas deidades se manifestaban en el movimiento espontáneo y a veces impredecible de los manantiales, ríos y lagos. Era muy común que estas deidades recibieran ofrendas, generalmente de armas u objetos de valor.
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