Es una criatura mitológica presente en multitud de culturas. Éste es uno de los mitos más extendidos, junto con el del vampiro, y a día de hoy la  ente sigue creyendo en la existencia de hombres lobo. Este ser se caracteriza por su ferocidad, fuerza, astucia, agilidad y rapidez.

En el folclore y la mitología, un hombre lobo es la persona que se transforma en lobo, ya sea a voluntad o involuntariamente, debido a una maldición u otro condicionamiento (como un hechizo).

La transformación del lobo a causa de la luna llena fue asociada por el cronista de la edad media, Gervase de Tilbury, siendo adoptado posteriormente por los escritores de ficción moderna.

En la narrativa moderna, muchas de las historias coinciden en que si a un hombre lobo se le dispara una bala de plata puede ser asesinado. En cambio, en las leyendas clásicas no contienen estos datos, sino que apuntan a que se les puede matar cortándoles la cabeza y arrancándoles el corazón.

No se conoce el origen exacto de las leyendas sobre hombres lobo. Puede tratarse de una superstición que se remonta a los orígenes de la humanidad así como la manifestación de determinadas patologías, como se indica en algunos casos constatados en España, tal como alguno reseñado en el siglo XVI o el de Manuel Blanco Romasanta, siglo XIX, en cuya vida se basan las películas «El bosque del lobo», y «Romasanta La caza de la bestia».

Se supone que el mito de los hombres lobo es originario de Europa, estando relacionado con otras supersticiones y la magia negra. Las causas más conocidas por las que un ser humano se convertía en hombre lobo eran:

– Alimentarse de plantas relacionadas con lobos y magia negra.
– Beber el mismo agua del mismo lugar que haya bebido un lobo.
– Utilizar la piel de un lobo para cubrirse o una prenda hecha de su piel.
– Dormir desnudo a la luz de la luna llena.
– Utilizar magia o artefactos para convertirse.
– Ser mordido por otro hombre lobo.
– Mantener relaciones sexuales con un hombre lobo.
– Ser hijo varón y nacer posteriormente a mellizos o gemelos.

Según la leyenda, la mayor parte de hombres lobo no se pueden transformar de forma voluntaria, sólo los brujos o los hombres lobo puros, es decir, aquéllos que no fueron maldecidos.

Al transformarse, sufren la mutilación de sus huesos y músculos y pierden la conciencia humana, volviéndose peligrosos incluso para sus seres queridos.

La manera de librar a un hombre lobo de su maldición es matándolo, lo cual debe realizarse con un instrumento de plata, ya sea un bastón, un cuchillo o una bala, aunque en algunas zonas de la península Ibérica hay un ritual que consiste en cortarle la cabeza y arrancarle el corazón.

Un hombre lobo pasa la mayor parte del tiempo como un hombre normal, sólo que de forma característica tiene más vello y los sentidos más desarrollados, destacándose el olfato. También destaca su buen estado de salud y su forma física.

La forma en la que se describe a un hombre lobo transformado varía entre un lobo normal o un poco más grande de lo común y la de un humanoide con forma de lobo.

Transformación en hombre lobo

Las leyendas describen una gran variedad de métodos para convertirse en hombre lobo. Una de las más simples es la de desnudarse y utilizar un cinturón de piel de lobo o cubrirse con toda la piel del animal. Otra manera es frotarse el cuerpo con savia mágica. Más formas también consideradas para lograr la metamorfosis son el beber agua que esté sobre la huella del animal o beber de fuentes encantadas.

Olaus Magnus, escritor sueco, dijo que los hombres lobo de Livonia comenzaban su proceso de conversión al beber una copa de cerveza preparada mientras se repetía una fórmula.

Ralston, en sus Canciones sobre la gente rusa otorga un encantamiento que hoy en día aún es familiar por Rusia.

Otra forma es que cuando una mujer da luz a seis niñas, si queda en cinta de nuevo dará luz a un varón que será un hombre lobo.

Coincidiendo con esta versión de forma similar, en el folclore gallego, portugués, así como el de Paraguay, Argentina, Uruguay y Brasil, es el séptimo de los hijos varones. Esta creencia en territorios americanos el hombre lobo trajo la leyenda del ser llamado lobizón o luisón, en que los séptimos hijos eran abandonados, dados en adopción o asesinados. En 1907 el presidente de Argentina se hizo el primer padrino oficial del séptimo hijo, y en 1973 emitió un decreto para legalizar esta costumbre. El Estado ahora les otorga una medalla de oro en su bautismo y una beca escolar hasta los 21 años. De esta forma logró finalizar con los abandonos de niños, siendo también tradicional que el presidente sea el padrino de los séptimos hijos.

Otro método de transformación es mediante formas satánicas, en las que el sujeto se somete de forma voluntaria por el anhelo de carne humana. Esta ansia se interpreta como literal, en el sentido de la satisfacción de arrancar o consumir carne humana, o metafórica como deseo carnal sexual.

Hay teorías que dicen que a los hombres lobo, cuando no están convertidos en lobos, el pelo de lobo les crece hacia adentro. Por otro lado, cuando es lobo, le crece la piel hacia afuera; así que cuando se transforma, le da la vuelta a su propia piel.

También existen varios métodos para suprimir la parte bestial. El más simple era realizar un hechizo de desencantamiento, siendo otro retirar el cinturón o la piel del animal. Otros métodos de posibles curas conocidos son: arrodillarse en el mismo lugar durante cien años, ser marcado y acusado por ser un hombre lobo, ser afectado con el símbolo de la cruz, ser llamado tres veces por el nombre bautismal, ser golpeado tres veces en la nuca con un cuchillo sin herir de forma mortal, ya que bastaba con derramar tres gotas de sangre. Muchos cuentos europeos incluyen arrojar un objeto hecho de hierro hacia el hombre lobo para que éste acabe revelando su forma humana.

Diferentes formas de llamar a un hombre lobo/licántropo según el país

En los diferentes países del mundo, los hombres lobo son llamados de diversas formas, pero en cada caso el hombre lobo es el mismo.

Francia: Loup-Garou
Grecia: Lycanthropos
España: Hombre lobo
Bulgaria: Varkolak, Vulkodlak
República Checa: Vlkodlak
Serbia: Vukodlak
Rusia: Oboroten, Vurdalak
Ucrania: Vovkulak, Vovkun, Pereverten
Croacia: Vukodlak
Polonia: Wilkołak
Rumania: Varcolac
Escocia: Werewolf, Wulver
Inglaterra: Werwolf – Were wolf
Irlanda: Faoladh o Conriocht
Alemania: Werwolf
Dinamarca/Suecia: Varulv
Galicia, Portugal: Lobisón, Lobisomem
Lituania: Vilkolakis y Vilkatlakis
Latvia: Vilkatis y Vilkacis
Estonia: Libahunt
Finlandia: Ihmissusi
Argentina: Lobizón, Hombre lobo
Italia: Lupo Mannaro

¿Existen los hombres lobo en la actualidad?

Las siguientes declaraciones pertenecen a Douchan Gersi, investigador, escritor y productor de series documentales quien, en sus viajes por Haití, descubrió que la creencia en el hombre lobo no sólo seguía viva, sino que hasta los medios de comunicación como los periódicos se hacían eco de los testimonios de gentes que aseguraban haber visto a la bestia poseída por una entidad vudú conocida como Loa Petro, es decir aquéllos loa (intermediarios entre el mundo físico y celestial) más guerreros y fieros.

«Nada saltó del ataúd. Y aunque el hombre que yacía allí dentro hubiera querido saltar, no habría podido; tenía manos y pies sujetos con clavos al fondo del féretro. Tendría unos cincuenta años y llevaba una camisa y unos pantalones de pijama, las dos piezas cubiertas de sangre. Además de los pies y manos atravesados por gruesos clavos, tenía un crucifijo clavado en el corazón y otro en la frente…

-¿Quién es este tipo?, pregunté…

-El hombre lobo, respondieron al unísono… -Era un hombre lobo cuando lo cogimos, pero tan pronto como lo matamos atravesando su corazón con la cruz, volvió a convertirse en hombre…

La semana anterior, la gente del pueblo había encontrado en los campos los cadáveres mutilados de cuatro personas, un hombre, dos mujeres y un niño… Dos noches más tarde, tres vecinos vieron una criatura extraña del tamaño de un hombre, que caminaba sobre las patas traseras. Su cuerpo estaba cubierto de pelo largo y negro, y tenía una cola larga. Encima de la cabeza, que era la de un perro enorme, brillaba una luz débil. Y sus ojos eran de color rojo».

El hombre-lobo sigue tan vivo como hace quinientos años. Hasta no hace mucho, como en un caso registrado en el año 1946, los indios navajos perseguían a miembros de su tribu a los que consideraban hombres-lobo dedicados a la magia negra y, en el año 1957, la policía de Singapur investigó el caso de un hombre lobo que aterrorizó a las enfermeras de una residencia. Una de ellas afirmó haber visto «una cara horrible y peluda, con grandes colmillos salientes».
En el año 1988, la Fox Broadcasting Company recibió más de 340.000 llamadas de espectadores que afirmaban haber visto hombres lobo a los que acusaban de diferentes asesinatos no resueltos por la policía. El cine y la literatura se han encargado de difundir la imagen del hombre que, convertido en bestia, se deja emborrachar por los apetitos más oscuros y tenebrosos del ser humano.

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