Según la religión egipcia, antes de que el mundo fuera creado, todo era como un océano lleno de caos llamado Nun. Dentro de este océano se encontraba el Atum (Sol) perdido. Cuando adquirió conciencia propia, exclamó un grito del cual surgió Ra.
Ra creó al aire, llamado Shu, y creó a la humedad, llamada Tefnut, lo cual se basa en las polaridades femenino y masculino, representación de la creación para los egipcios.
De Shu y Tefnut surge Nut, conocida como la bóveda celeste, siendo simbolizada como una mujer desnuda, con el cuerpo inclinado como si fuera una bóveda, llena de estrellas. En ocasiones también se la figura como una vaca. De la pareja también surge Geb, la Tierra, quien es un hombre verde oscurecido con una corona, teniendo sobre su cabeza una oca.
Ra prohibió que Nut y Geb se unieran, pero ellos lo hicieron de todos modos. Encolerizado, Ra los castigó separándolos para siempre. Mandó a su padre, Shu, que lo hiciera. Es por eso que Geb, la tierra, está separado de Nut, el cielo, y entre ellos flota el Shu, el aire. Por eso a Geb se le representa tumbado, a Nut arqueada encima de él y Shu entre ambos. Es por ello que así surgió el mundo con todos los seres conocidos, así como la humanidad, que surgió de las lágrimas de Atum, el Sol.
Aparte de esta condena, Ra le vetó a Nut tener descendencia de Geb en ningún día de ningún mes.
Sin embargo, el dios Thoth sintió lástima por ellos y quiso ayudarlos. Era un dios extremadamente inteligente, conque convenció a la Luna para jugar a un juego. Quien saliera vencedor, se llevaría de premio la misma luz de la Luna.
Thoth consiguió ganar tal cantidad de luz que la Luna tuvo que añadir cinco días más al calendario, siendo denominados estos días como días epagómenos, los cuales en verdad no correspondían a ningún mes.
Así, gracias a estos días en los que Geb y Nut podían unirse, nacieron cinco dioses de ellos: Osiris, el rey del Más Allá y primer rey de Egipto; Isis, trono; Horus, rey de Egipto; Seth, caos y desierto y Netfis, la noche y la muerte.
Netfis tuvo un hijo con Osiris, Anubis, el responsable de acompañar a los difuntos al Más Allá.
Las fiestas en honor a Osiris, Netfis, Isis y Seth se celebraban en los días epagómenos, los cuales son los últimos del año, en los distintos templos que tenían en su honor.
Geb es uno de los dioses más antiguos. Heredó el trono de su padre, Shu, pasando después el dominio sobre la Tierra a su hijo, Osiris. Tras la usurpación del trono por parte de Seth, Horus lo consigue, para después ser posesión del faraón, al cual se le llama heredero de Geb.
Nut, “La Grande que parió a los dioses”, es la diosa del cielo, creadora del universo y los astros. Sus cuatro extremidades representaban los cuatro pilares que soportan el cielo. Nut, cada día pare al Sol, el cual viaja sobre su cuerpo hasta que llega a su boca, donde desaparece en su interior (llamado Duat) hasta que renace al día siguiente.
Defensora de los difuntos, a la cual iban para conseguir alimentos y protección, otorgaba a los fallecidos la capacidad de resucitar. Su hogar era un sicómoro (higuera) en Heliópolis y sus ramas eran el cobijo de los espíritus cansados.