«Ayahuasca» es una palabra quechua que significa «liana o soga de los espíritus», por su etimología aya: espíritu y waska: soga, cuerda, ya que en la cosmovisión de los pueblos nativos el ayahuasca es la soga que permite que el espíritu salga del cuerpo sin que este muera. Se trata de un preparado hecho con plantas que crecen en el Amazonas: una es la ayahuasca, que es una liana y otra es la chacruna, un arbusto de hojas verdes y alargadas-. Para llegar a la bebida final, la mezcla se cocina con agua durante varias horas.

La preparación varía según los grupos indígenas, las poblaciones y los médicos chamanes de cada población, guardando cada uno su secreto y habiendo diversas recetas con diferentes agregados.

La ayahuasca puede ser una terapia efectiva en el campo de la psiquiatría y la psicología en el tratamiento de la depresión y la ansiedad así como los problemas de personalidad y la esquizofrenia. Su compleja farmacología, muy relacionada con la sinergia existente entre diversos alcaloides, al tiempo que la escasa toxicidad demostrada por los diversos y ya numerosos estudios científicos que se van elaborando, es uno de los aspectos más relevantes de este preparado vegetal.

Hace apenas cincuenta años, se descifró qué genera exactamente esta bebida en el cuerpo: mientras que la chacruna contiene DMT, un compuesto relacionado con la»imaginería del sueño» que causa visiones, la ayahuasca inhibe la enzima que degradaría esta sustancia en el estómago y permite que llegue al cerebro.

Si bien todos tenemos cantidades pequeñísimas de DMT en la glándula pineal, su incremento acelerado produce ciertos efectos a nivel físico y cerebral que llevan a un estado alterado (o ampliado) de conciencia. 

Desde la perspectiva indígena tradicional, la planta actúa sobre la conciencia para reequilibrar a la persona. No hay que olvidar que, desde este punto de vista, la enfermedad es siempre un desequilibrio espiritual y, en consecuencia, lo que se busca es la autosanación.

En el aspecto psiquiátrico, las barreras de contención del inconsciente se derriban por completo. En una experiencia de ayahuasca no hay filtro, y eso la convierte en una práctica absolutamente catártica.

El sabor es muy amargo y ácido, no se toma en grandes cantidades, y su efecto dura entre cinco y seis horas. Lo ideal es ingerir lo equivalente a un pocillo de café. Nunca hay que tomar esta bebida sola, porque el ingreso a las visiones genera mucho miedo, y son tan fuertes que, sin una contención adecuada, pueden desencadenar traumas o incluso una psicosis. 

Muchas veces produce vómitos, por lo cual aconsejan una dieta previa de tres o cuatro días a base de frutas y vegetales, así como un ayuno total el mismo día de la ceremonia.

La idea es llegar a ese momento con el estómago liviano y la mente calma (las meditaciones ayudan). Siempre hay que tomarla de noche: los chamanes insisten en realizar la ingesta en un área natural, con ciertas características de una geometría sagrada.

¿Qué significa esto? Que deben ser octógonos o círculos naturales que funcionen como cajas de resonancia y generen una acústica perfecta. Así, mientras uno toma el preparado, el guía comienza a cantar ícaros (canciones sanadoras) con notas repetitivas, a la manera de un mantra. De esta forma, todo el grupo empieza a vibrar en la misma sintonía para entrar en la experiencia mística.

Se dice que en “el viaje” se atraviesan tres fases:

En la primera: se acelera el ritmo cardíaco, uno empieza a tener mucho calor y luego llega el proceso de purga: la mayoría de las veces, hay vómitos. Se produce el ingreso en el mundo intraterrenal y sale todo lo malo (las «cuchas», que vendrían a ser basuras energéticas), que se verá reflejado en seres monstruosos.

Por eso, es imprescindible una explicación previa, para no entrar en pánico y estar preparadas. En esta instancia, la persona está vulnerable y es fundamental el trabajo de contención del chamán.

En la segunda: viene un momento de tranquilidad. El tambor y las sonajas elevan las vibraciones y producen un sonido de lluvia. Entonces, se ingresa en el universo del padre Sol: un escenario angelical. Comienza un proceso de conciliación, incluso con cosas que ocurrieron hace diez, veinte años. Cosas que nos restan energía y nos quitan la oportunidad de vivir el presente.

En la tercera: se activa el tercer mundo, que, en general, va acompañado de una gran ternura hacia la familia, los amigos, las parejas, los hijos. Las personas se abren para recibir las cosas buenas de los demás.

 

No todo el mundo puede tomar ayahuasca: no se recomienda a personas con síntomas o riesgos cardíacos, descompensadas, diabéticas o consumidoras de medicamentos psiquiátricos. De hecho, no puede tomarse hasta seis meses después de haber suspendido medicación antidepresiva. También es ideal que, tras la experiencia, haya una contención: una terapia psicológica tradicional o talleres grupales para compartir lo vivido.

Efectos de tomar ayahuasca

Durante la ingesta de ayahuasca se pueden presentar varios efectos de poca duración, es decir, mientras los efectos del alucinógeno (DMT) se encuentren presente en el cuerpo.

Los efectos a corto plazo pueden incluir:

  • Náuseas
  • Vómitos
  • Alucinaciones
  • Temblores
  • Letargia

Muchos testimonios argumentan haber experimentado la muerte del ego y el descubrimiento de nuevas dimensiones. Se atribuye a la Ayahuasca un crecimiento acelerado de la consciencia humana y experiencias espirituales que han logrado cambiar vidas, curar adicciones y resolver problemas psicológicos entre otros.

Sin embargo, también puede conllevar efectos secundarios a largo plazo. Alcanzar elevados niveles de consciencia puede alterar el estado de consciencia natural y conllevar serios problemas psicológicos, espirituales y emocionales a largo plazo.

Se han presentado testimonios de usuarios de ayahuasca que han presentado efectos secundarios a largo plazo y donde en varios de los casos se ha requerido de asistencia psiquiátrica para tratar los efectos secundarios.

Entre los efectos secundarios a largo plazo se incluyen los siguientes:

  • Paranoia
  • Psicosis
  • Esquizofrenia en personas predispuestas genéticamente
  • Depresión
  • Ansiedad
  • Ataques de pánico
  • Desorden de ansiedad
  • Pensamientos suicidas

La ayahuasca se ha presentado como una medicinal ancestral que puede ayudar significativamente a los usuarios. Sin embargo es importante tomar en cuenta que cada organismo y cada psique es diferente por lo que no se puede garantizar de ninguna forma que los usuarios no padezcan de efectos secundarios a largo plazo.

El componente activo de la Ayahuasca DMT puede desencadenar problemas psiquiátricos que han estado superficialmente latentes en los usuarios. Se recomienda realizar un estudio psiquiátrico y psicológico extenso antes de la ingesta para tratar de determinar más específicamente si la o el usuario está en condiciones de conllevar la experiencia con la ayahuasca de una forma más seguro. Aun así, no se puede saber con exactitud si el usuario podrá evitar padecer efectos a largo plazo.