Yurei

Se trata de espíritus japoneses. Como sus semejantes en Occidente, se cree que se trata de espíritus solitarios que no encuentran la paz después de la muerte a causa de algo sucedido en vida, tales como la falta de una ceremonia funeraria o por cometer suicidio. De forma general, se muestran entre las dos de la madrugada y el amanecer, para asustar a aquéllos que les hicieron sufrir en vida, aunque no causan daño físico.

Se trata de espíritus de mujeres y visten con una mortaja, un kimono funerario blanco que se abrocha del revés. Les suelen faltar las piernas y los pies (en el teatro para simular esto les ponen un kimono más largo de lo común), y con frecuencia les acompañan dos fuegos fatuos (hi-no-tama) cuyos colores son o azul, o verde o violeta. Se trata de partes del fantasma que están separadas, en lugar de entidades independientes. Los yūrei también poseen de forma común un cacho de triángulo hecho de papel o tela que llevan en su frente. Muchos de ellos son interpretados con melenas negras. La forma de repelerlos es con ofuda, las cuales son escrituras sintoístas santificadas.

Todos los fantasmas japoneses son llamados yūrei, mas dentro de esta calificación hay distintos tipos de fantasmas, los cuales destacan por la forma en la que murieron o por el motivo de que volvieran a la tierra.

– Onryō: Se trata de fantasmas vengativos que regresan del purgatorio por algún mal que se les realizó en su vida.

– Ubume: Se trata del fantasma de una madre que falleció en el parto, o falleció dejando niños pequeños. Estos fantasmas vuelven para cuidar de sus hijos y a menudo les traen dulces.

– Goryō: Son los fantasmas vengativos de la clase aristocrática, en especial aquellos que fueron martirizados.

– Funayūrei: Son los fantasmas de los que fallecieron en el mar.

– Zashiki-warashi: Son fantasmas de niños, más traviesos que peligrosos.

– Fantasmas guerreros: Veteranos de las guerras Genpei que cayeron en batalla. Aparecen casi exclusivamente en el teatro Nō.

-Fantasmas seductores: Es el fantasma de un hombre o una mujer quienes después de muertos inician un romance con un humano vivo.