f9ab3106d5468a8fc93b3aa96086be1dNo se sabe mucho sobre este espíritu. En cambio, su nombre «ao» tiene el significado «azul» o «verde», en el sentido de falta de experiencia (como en español que se utiliza «verde» para decir «inmaduro»). Sin establecer un color en la ilustración, podría ser que Toriyama quisiera decir que era un monje sin experiencia que se corrompió. En cambio, a veces se interpreta como que es el color de su piel.

Un monstruo con el que se le compara es el hitotsume-kozō, el cual es un cíclope fantasmagórico con la forma de un monje. No hay muchas leyendas que traten sobre el ao-bōzu. La más famosa es de Shizuoka. En tal leyenda, el ao-bōzu aparece en los campos de trigo y cebada cuando atardece. Los niños que dan paseos por la noche en el campo podrían llegar a ser secuestrados por los poderes mágicos de ao-bōzu, así que por eso deberían derechos hacia sus casas.

Existe otra leyenda del ao-bōzu que es de Okayama. Aquí, el ao-bōzu se trata de un monje enorme, verde o azul, que vive en casas solitarias. A veces el dueño se va fuera y es cuando este ser ocupa la casa. En Okayama ilustran a los ao-bōzu con dos ojos en lugar de uno.

En Yamaguchi y al oeste de Japón se les consideran dioses menores. Aparecen en las rutas y desafían a los hombres a peleas de sumo. Ya que los ao-bōzu poseen carácter infantil, quien acepta el desafío acaba siendo lanzado al suelo con una fuerza hercúlea y una velocidad mortal. El ao-bōzu de esta descripción se asemeja al hitotsume-kozō. Estos dioses de un ojo son dioses caídos malvados. Para disuadirlos, los viajeros tienen que portar canastas tejidas o cualquier otra cosa con muchos agujeros, ya que los ao-bōzu creen que son ojos que los están observando y así se espantan.

Add a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *