Proviene de Australia. Su apariencia es la de un hombre pequeño y rojo, con una gran cabeza y una enorme boca sin dientes. En la parte final de las manos y los pies tiene unas ventosas. Habita en los arboles de trigo, no es cazador y es muy paciente ya que espera en los arboles hasta que algún viajero decida descansar bajo el árbol. Entonces es cuando se deja caer sobre la persona y le extrae la sangre con las ventosas de sus manos y pies y así las debilita para después comerse a la persona beber un poco de agua y echarse una siesta. Tras la siesta vomita el cuerpo que se comió y sale un poco mas pequeño y con un tono rojizo en la piel.

 

Este proceso se repite varias veces. Hasta que la víctima se transforma en un Yara-ma-ya-who. De acuerdo a la leyenda, el Yara-ma-ya-who sólo acosa a personas vivas, así que (hipotéticamente hablando) podías sobrevivir a un encuentro con este monstruo haciéndote el muerto hasta la puesta del sol, pues la criatura sólo caza durante el día.

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