Sucede una vez cada cien años que el milano pone un huevo, de un color rojizo, en el nido sobre una flor, la aulaga. Del huevo, eclosiona una pájara de color blanco y negro más grande que el resto de las gallinas, la cual tiene por vida cincuenta años. Cuando fallece, de su cadáver aparece un gusano verde el cual va creciendo y convirtiéndose en un gallo negro con alguna pinta azulada o de color carne y con un pico elevado. Su cresta, en cambio, es de color blanca. Este gallo tiene el nombre de «Gallo de la muerte», y su hogar ronda a una aldea cercana a Potes (por los Picos de Europa). 

Leyendas y creencias: Su nombre se debe a que aquél que escuche su cacareo que simula un lamento, morirá sin remedio alguno al día siguiente tras oírlo con las primeras luces del alba. Sin embargo, se puede salvar a quien lo ha escuchado si se le da una mezcla de una extraña hierba, de color azul con una raíz oscura, la cual crece al lado de los manzanos en el comienzo de la primavera, cocida con agua de romero y junto a una oración.