Seres pequeños, siempre desnudas, traviesas y glotonas, destacando la característica de poseer un pecho enorme que llevan colgando a la espalda por el lado del hombro derecho. Habitan en cuevas situadas en el Valle de Aras.

Leyendas y creencias: Sus principales travesuras son las de despojar colmenas y las despensas de los hogares para poder llenarse y satisfacer su glotonería. Después, beben el agua de los regatos, donde se quedan descansando hasta que el cuerpo les pide realizar más fechorías.

Según dice una leyenda, un cura en San Pantaleón, hastiado y molesto por estas trastadas, ordenó quemar las cuevas donde habitaban. Sin embargo, poco después, aparecieron incendiando todas las casas del pueblo, siendo la del cura la primera de ellas.