Las Banshees forman parte del folclore irlandés desde el siglo VIII. Son espíritus femeninos que, según la leyenda, se aparecen a una persona para anunciar con sus gemidos la muerte de un pariente cercano.
Aunque muchos entendidos en el folclore irlandés no se ponen de acuerdo en si es un hada, un espíritu o un mortal, en lo que sí coinciden es en que se trata de un ser premonitorio de la muerte y que escuchar su aullido no es augurio de buenas noticias.
La mayoría de la gente cree que anuncia la muerte de cualquier nativo irlandés, y no solo de un familiar en concreto y que la Banshee abandona la isla para anunciar también la muerte de aquellos que emigraron a otros países. La Banshee suele aparecer en tres maneras, bien como una mujer joven, como una imponente señora o como una vieja harapienta, que representa al parecer los tres aspectos que toma la diosa Celta de la guerra y la muerte, pero frecuentemente puede tomar la forma de algunos animales, como el cuervo, el armiño, la liebre y la comadreja, que la superstición irlandesa relaciona con la brujería.
Se presenta vestida de diferente manera, bien de gris, bien con una capa con capucha o con un sudario mortuorio. No suele aparecer físicamente, pero cuando lo hace se la puede ver como una lavandera restregando ropa manchada en sangre, o como una inquietante sombra en la lejanía, o un rostro en la ventana, y a veces aparece lavándose o peinándose el cabello. Sin embargo, es su sonido el que no se olvida jamás, el lastimero aullido que proclama, inevitablemente, la visita de la muerte. Describir el aullido depende de en qué parte del país se encuentre uno.
Algunos dicen que es un sonido perforador capaz de romper el vidrio; otros lo describen como un canto suave y agradable al oído. Otros lo comparan al sonido inescrutable de unas uñas arañando una pizarra. Pero todas las descripciones coinciden en que es sumamente aterrador, sobre todo porque la Banshee se presenta en la noche, y aunque a veces no se muestre físicamente, se deja oír sin discusión.
Eso sí, bajo ninguna circunstancia se debe intentar atrapar o acercarse a unos de estos seres, ya que además de moverse con más rapidez de la que el ojo humano podría distinguir, no escatiman en venganzas y malos trucos. Y algo malo le sucederá al que lo intente, y la maldición se transferirá de generación en generación.
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