Esfinge es el nombre helenizado de un ser fabuloso que se suele representar, generalmente, como un león recostado con cabeza humana. Las esfinges fueron ideadas por los antiguos egipcios y forman parte de su compleja mitología; también tienen relevancia cultural en la mitología de los antiguos griegos.

Las esfinges eran símbolo de la realeza, ya que representaban la fuerza y el poder del león, y la vida después de la muerte, motivo por el que aparecen en muchas tumbas en forma de relieve. Durante el Imperio Nuevo se representaron como esfinges a algunos dioses, como Amón.​

La mayor y una de las más antiguas representaciones escultóricas es la Gran Esfinge que se encuentra en Guiza. En los últimos periodos fue habitual situar esfinges a ambos lados de las avenidas que conducían a los templos. Entre el recinto del templo de Amón en Karnak y el de Amón en Luxor, existe una avenida procesional (dromos) de varios kilómetros flanqueada por cientos de esfinges con cabezas de carneros o humanas.

La esfinge egipcia ha ido variando a lo largo de la historia, cambiando su apariencia según las tendencias culturales del momento.​ Se conocen algunas con aspecto femenino: la esfinge de Hetepheres II es la más antigua conocida. La del Museo Barracco de Roma, realizada en granito negro y atribuida a Hatshepsut, y otra conservada en el Museo del Cairo de la misma reina, sería la imagen de la primera reina-faraón en ser representada en esta forma.6​ Otras reinas cuyo rostro se puede ver en esfinges fueron Mutnedyemet y Nefertiti.