Apofis, también llamado Apep, era representación de la maldad y la oscuridad que reside en el Duat, es decir, el Más Allá.

Es una serpiente enorme, invulnerable con un poder tremendo, cuya tarea se basaba en interceder el trayecto de la barca solar llevada por Ra y protegida por Seth para impedir que tuviese un nuevo día. Para hacerlo, utilizaba varias maneras: se abalanzaba por la barca o serpenteaba para provocar remolinos en el suelo de arena y que así la barca encallase. Su mayor propósito era romper la Maat, es decir, el orden cósmico.

Apofis era la representación del mal y del caos al que había que combatir para contenerlo. Aun así, nunca sería vencida, solamente dañada, pues también era necesaria para que el ciclo solar se llevase a cabo cada día, pues para los egipcios que el concepto del bien existiese significaba que el mal también era necesario.

Para los egipcios, las serpientes eran divinas porque representaban la encarnación de Apofis, exceptuando la cobra, la cual representaba al Sol. Es por eso que en Egipto la cobra (uraeus) tenía un significado de resurrección, convirtiéndose así en el animal guardián de los faraones, siendo adoradas en Buto por su carácter benefactor.