¡Hola a todos!, de nuevo os traigo una canción para analizar por petición, «Cosas que pasan». Típica canción que escuchas por primera vez y no entiendes mucho, pero que sabes que tiene un algo que te atrae, y cuanto más la escuchas, más te encanta. La melodía de su estribillo es realmente pegadiza.

Os dejo las dos versiones que más me gustan. La primera es la del disco:

Y la segunda de la maqueta:

Empecemos, pues, a analizarla.

«Al ritmo de tus días. Al flujo de tu tiempo, vela que dominas.

Al vaivén que marcas, caprichosa, amor. A tu calor me arrimo»

La canción, en general, me parece muy erótica, y que trata sobre hacer el amor, con muchas metáforas sexuales. ¿Recordáis «Ya no danzo al son de los tambores»? Al parecer aquí sí que vuelve a danzar a ese son. Ahora se acomoda al compás de esa mujer que lo embelesa y lo mueve a su aire. Se arrima a su calor, a perderse entre sus brazos, y según ella lo meza.

«Flor de pradera, de ti necesito. De tu esencia me impregné y ahora estoy atado a ti»

La necesita. Ha probado su néctar, y quiere volver a obtenerlo. Ya fueran sus besos, su cuerpo, o sus caricias, pero ella lo tiene loquito de atar.

«El sulfuroso reclamo es el deseo que por ti siento.»

El ardiente reclamo de su interior es el deseo que le insta a estar con ella.

«Deseo de tus noches mientras duermes. Deseo de tu latir y de tu aliento. Y al abrigo de tus besos adentrarme en un camino que tras de mí se borre»

Ese deseo por estar con ella mientras duerme, después de haberle hecho el amor (esto lo interpreto al pensar en el resto de la canción). Deseo por escuchar su corazón latir, y de su aliento al dormir, o al gemir. Y perderse, otra vez, en sus labios. Adentrarse en ellos, olvidar el resto del mundo, y perderse… ¡perderse!

«Si tu bendita presencia es la ofrenda ante el altar, el agua de tu caudal es la querencia animal»

Aquí hay que reconocer que el lenguaje que utiliza puede resultar confuso, pero no por ello imposible de interpretar. Quiere decir que su presencia es una ofrenda para los dioses, su cuerpo es un regalo para él, un regalo divino y bendito. Por ello, el agua de su caudal (lo que sería la esencia de su ser), es la querencia animal. Querencia tiene varios significados, pero al ser específicamente animal, le daremos éste: Inclinación o tendencia del hombre y de ciertos animales a volver al sitio en que se han criado o tienen costumbre de acudir.

Es decir, que el agua de su caudal, la esencia de su ser, es el lugar al que él tiene costumbre de acudir y refugiarse. Como toda la canción, que trata de refugiarse en ella.

Tras un interludio de guitarra, retomamos la letra:

«A este desbordado antojo. A este musgo de la roca donde me alojo»

Él ya reconoce que el antojo que tiene de ella está desbordado, y que se deja controlar por ello. Y ese musgo de la roca donde se aloja, esa repetición de estar con ella, y de… ¿entrar en ella?

«En el panal de tus cuevas puedo ocultarme y brotar»

Aquí mi interpretación es sexual, por completo. El panal de sus cuevas vendrían a ser sus cavidades, y «ocultarse» es entrar en ella, y brotar llegar al clímax.

«Y en tus recónditas curvas puedo poblarte y amar»

Y en sus curvas, en sus recónditas (no sólo las que se ven, sino las que se tienen que apreciar de otras formas) la puebla, y la ama. Es decir, que hacen el amor.

«Desde tu tobillo moreno al sonido de la trenza de tu largo pelo»

La ama desde su tobillo, hasta algo enrevesado como el sonido de su pelo. La ama por completo.

¿Resumen? Ella lo vuelve loco, y ella es donde él se cobija. Él la desea con locura, y le hace el amor con pasión, amándola entera.

Ése es mi significado. La canción tiene un aire a Triana, el grupo que tanto le gustaba a Manolo, (y a mí, por supuesto) combinando guitarra con teclado, con un aire más reggae en la maqueta, y una melodía encantadora. Así, finalizo mi análisis a una de mis canciones favoritas de mi grupo favorito de música. Un saludo, y un abrazo 🙂

 

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