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Se le llama alucinógenos a cierto tipo de drogas que, en dosis no tóxicas, causan alteraciones profundas en la percepción de la realidad del consumidor. Bajo su influencia, las personas ven imágenes, escuchan cosas y experimentan sensaciones muy distintas a las propias de la vigilia. Algunos alucinógenos también producen oscilaciones emocionales rápidas e intensas. En su aspecto negativo, en muchas ocasiones producen confusión mental, pérdida de memoria o desorientación en la persona, de espacio y de tiempo.

Sus efectos son muy variables, dependiendo tanto de la dosis como de las expectativas del sujeto y el ambiente que le rodea durante la experiencia. Cuando, por una razón u otra, el balance de la experiencia resulta desagradable para el sujeto suele hablarse coloquialmente de «mal viaje».

Una posible clasificación por tipos en este caso la podríamos realizar según su procedencia. Existen los alucinógenos naturales, los semisintéticos y los sintéticos.

Las diferencias entre unos y otros son obvias. Unos proceden directamente de la naturaleza y otros se obtienen a través de concentrar un compuesto ya presente en la naturaleza. Por último existen diversos compuestos que son sintetizados en laboratorios.

Naturales

 – Setas alucinógenas

Ayahuasca o Yagé

– Iboga

Salvia divinorum

Papaver Somniferum (opio)

Peyote

– Khat

Semisinteticos

 – LSD

 – DMT 

Sintéticos

La mosca mágica: el 2C-B

– 25I-NBOMe 

Ketamina

PCP o polvo de ángel

MDMA