Subía el ascensor que me llevaba a la última planta del edificio. No describo cómo iba vestida, pues no me iba a durar mucho. Tan pronto las puertas se abrieron caminé hasta su casa. Era un portal con portero, el cual solía mirarme con lascivia discreta. Ésa que intentas disimular pero ni aun así. Me sentía deseada, sexy, joven y vital. Un año de descanso equivaldría al mejor año de mi vida. Un año purificador. Mi deseo por vivir estaba volviendo. Había esperanza. Y ésta se ocultaba tras la puerta a punto de abrirse.

—Hola. —me dijo con su mirada sexy tensando la mandíbula. Le agarré del cuello, acercando sus labios a los míos y besándoselos sin complejos. Mi lengua saboreaba toda su boca, incluyendo sus labios. Eric dio dos pasos hacia atrás, desnudándose mientras cerraba la puerta.

—¿Vas a atarme? ¿Vas a hacerme tuya? —quería probar su potro, sus consoladores, su látigo. Quería probarlo todo.

Sus manos fueron desnudando mi cuerpo. Mi corazón se aceleró. ¿Qué sorpresa me tenía preparada? Pero sus ojos parecían cansados, como si no tuviera ninguna gana y lo estuviera haciendo para complacerme. Conocía esa sensación, y no estaba para nada bien. Mis manos sujetaron a las suyas y besé sus labios. Parpadeó un par de veces, atónito.

—No está bien obligarse.

—No es obligación. Es…

—Sh… —mandé callarlo con un dedo. —Cuéntame, ¿qué te ocurre?

—Verás… Me pasó factura no ir a aquella reunión. He tenido que currar el doble y estoy cansado.

—Tranquilo, no todo tiene por qué ser sexo, ¿no? —¿era mi sentencia… una forma de decirle que estábamos juntos como algo más que follamigos?

—No, no tiene por qué. —me sonrió, rodeándome entre sus brazos. Me puse lo que me había quitado y nos sentamos a ver una película que echaban en la televisión. De ésas que odio porque no puedes pausarla cuando quieres. Me posé sobre su pecho y así la tarde se nos fue. Y es lo que me asustó. Fue distinta a lo que yo esperaba por dos razones. Una, nos acercábamos más el uno al otro y eso lo temía. Y otra, porque yo seguía como una loca desesperada por tener sexo…

Siguiente