Se las considera diosas de las minas. Cuando los dioses fueron creados e Izanami estaba dando a luz a Kagutsuchi, dios del fuego, sus genitales sufrieron unas quemaduras terribles que le provocaron una enfermedad que la hacía vomitar. En uno de esos vómitos aparecieron Kanayamahiko y Kanayamahime.

El origen de la etimología de sus nombres se deriva de la palabra japonesa kanayama, pues ellos son los regentes de las minas. Aparte de ser quienes regentan las minas, también son los dioses de la minería, la metalurgia y ofrecen protección y bendiciones a los artesanos que trabajan el metal, ya que se cree que el metal está relacionado con el vómito de Izanami.

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